miércoles, 4 de enero de 2012

Las cinco advertencias de Satanás: demasiadas.

Comienzo este año a escribir este blog, retomando mi paso por los teatros. En esta ocasión, sobre una obra que he tenido que ver en varias ocasiones: “Las cinco advertencias de Satanás”, en el Teatro Marquina de Madrid, protagonizada por Andoni Ferreño.

Es una comedia dramática del grandísimo Enrique Jardiel Poncela, fuera del catálogo habitual de este autor teatral. He de reconocer, que esperaba mucho más de esta obra, y pensé que se asemejaría a “Cuatro corazones con freno y marcha atrás” , “Un marido de ida y vuelta”, “Eloísa está debajo de un almendro” o “Los ladrones somos gente honrada”. Fui a ver la obra una primera vez con mi grupo habitual de asiduos al teatro. Y he repetido después porque no me dejó un buen sabor de boca. Aunque he de decir que la segunda no mejoró.

Andoni Ferreño es uno de esos tipos que cae bien. Galán español de TV y teatro. El papel de Ramón le va perfecto. Seductor, amigo de sus amigos, y con "Don de gentes". Y está francamente bien. Al igual que Pep Munné, en el papel de Félix, un golfo, rico y mujeriego que le pasa la mujeres a su amigo Ramón cuando se cansa de ellas. El resto del elenco, Juan Lombardero, Nicolás Romero, Nuria Benet, Aloma Romero, Gemma Cáceres y Susana Lois también están a la altura de sus compañeros.

Pero algo le sucede al ritmo de la historia. Es como si diera tirones. Hasta el punto que finaliza de un modo tan precipitado, que no me lo esperé. Ni en la segunda ocasión. Quizás el teatro actual te prepara para un final más espectacular y efectista, y no esperas que llegue tan rápido, como me sucedió en ambas ocasiones. Quizás ese es el punto que le ha querido otorgar su directora, Mara Recatero; y su productor, Gustavo Pérez-Puig, alegando que se ha respetado hasta el más mínimo detalle, sin cambios de ningún tipo.

Bajo mi punto de vista, es necesario adaptar una obra a las necesidades, inquietudes y demanda del público actual. Ya se estrenó en el Teatro de la Comedia de Madrid el 20 de diciembre de 1935, sin mucho éxito. Y no se representaba desde 1944. Creo que necesita un toque más actual. Y creo que toda la sala, pensaba lo mismo. Muchas posibilidades, pero una ejecución, con todo mi respeto, anclada en el pasado.


Lógicamente, todo va en consonancia. La parte social media, también está anclada en el pasado: A penas una página facebook con una actividad inferior a una vez al mes. Twitter, automatizado desde facebook (identica actividad). Ni siquiera un video en youtube. Afortunadamente, el centro de documentación teatral ha colocado un vídeo en Vimeo. No es ninguna maravilla, como podéis ver. Algún día entenderán que una buena comunicación online, ayuda mucho a tener los teatros más llenos.


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